Campañas de mentiras se difunden a gran escala a través de plataformas digitales, principalmente en contextos electorales. “La mentira engendrada” es un trabajo que aborda el fenómeno de la desinformación.
Este artículo fue publicado originalmente en ipysvenezuela.org el 15 de julio de 2020.
La construcción de discursos falaces se ha convertido en una práctica recurrente en los entornos web, sobre todo en el contexto de procesos electorales. De allí que las audiencias se vean permeadas por la desinformación, y el debate público en torno a los temas de interés quede diluido en un océano de falsedad enemigo de la democracia. Bajo esta óptica, el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela, IPYS Venezuela, presenta “La mentira engendrada”, un trabajo que aborda el fenómeno de la desinformación.
El informe de IPYSve explica, entre muchos otros tópicos, el paso a paso de la desinformación, un entramado que se nutre de procesos, como “la implementación de una red de medios de comunicación propios” y “la creación de canales de distribución automatizados y utilización tramposa de las plataformas de comunicación social”. Asimismo, el trabajo hace una radiografía de los principales conceptos asociados con la desinformación, como bot, troll, posverdad y pospolítica, solo por mencionar algunos.
Concretamente, en el ámbito de las elecciones, el informe muestra cómo funciona la desinformación y señala que “en un contexto electoral, los ciudadanos o votantes se ven transformados en mera audiencia”, y agrega que “la opinión pública se debate en un ambiente dominado por fake news o bulos”. Igualmente, el trabajo señala que “existen tropas cibernéticas que difunden propaganda a favor del gobierno o del partido en el poder” y “criminalizan la expresión y acción del adversario, bien sean políticos, opositores, activistas de derechos humanos o periodistas”.
En “La mentira engendrada”, la guerra híbrida es citada como uno de los mecanismos de desinformación, cuyos objetivos son desorientar a la población y paralizar la toma de decisiones políticas, entre otros. De igual forma, las fake news o noticias falsas son apuntadas como herramientas en favor del proceso desinformativo. En cuanto a las plataformas usadas para difundir campañas de mentiras, el reporte indica que “Facebook es la principal plataforma en la que se transmite contenido mentiroso, seguida por Twitter. De la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp, sostiene que “es la plataforma más opaca”.
Generar contenido engañoso en cadena es un proceso que algunos países han desarrollado de forma eficaz. China y Rusia son puestos como ejemplos. En ambos casos, el reporte evidencia que existe “toda una industria y un negocio muy rentable detrás de las campañas de noticias falsas” y cita datos que ilustran esta realidad. Las prácticas van desde la creación de influencers falsos hasta la manipulación de sistemas de votación en Internet. La estrategia de comunicación, por su parte, tiene como finalidad “apoyar al gobierno, atacar a la oposición, distraer y suprimir la participación pública”.
Finalmente, en “La mentira engendrada”, IPYSve aporta una serie de recomendaciones en pos de la verdad. El trabajo exhorta a la sociedad civil organizada a maximizar sus capacidades informativas y minimizar el impacto de las campañas de desinformación, fortaleciendo ONGs y organizaciones independientes. Además, sugiere el establecimiento de alianzas entre organizaciones verificadoras de datos y medios de comunicación especializados en fact checking. Acota que el periodismo independiente debe usarse en todo momento como contrapeso de poder y garante de la vida democrática.