Tras haber sido suspendida para su inspección de contenidos, la obra "El Santo Prepucio" volverá a las tablas.
Este artículo fue publicado originalmente en fundamedios.org el 18 de enero de 2018.
La censura a la obra teatral El santo prepucio fue «levantada» la tarde del 15 de enero de 2018, tras una revisión del guión por parte de la Comisaría de la Municipalidad de Samborondón -localidad ubicada en las cercanías de la ciudad porteña de Guayaquil-. Representantes de Pop Up teatro, lugar en donde se desarrollaba la obra, anunciaron en rueda de prensa que esta volverá a estar en cartelera a partir del lunes 22 de enero de 2018, tras concluir que no contiene elementos que puedan afectar sensibilidades, ni atentar contra la fe católica. Esta decisión se tomó tras conversaciones amistosas con las autoridades que decidieron permitir la reapertura del café el 13 de enero, tras lo que se habían comprometido a evaluar el contenido de la obra teatral.
El abogado del centro cultural, Daniel Farías, manifestó, en declaraciones recogidas por diario El Telégrafo, que «todo tipo de fanatismo es reprochable, sea un fanatismo religioso sea un fanatismo deportivo, y hemos visto lo que ha pasado en el fanatismo deportivo, como han pasado situaciones totalmente críticas como la muerte de personas».
Fundamedios recuerda a las autoridades que de acuerdo con la Constitución y los instrumentos internacionales de derechos humanos, se prohíbe la censura previa en todas sus formas. El ejercicio de la libertad de expresión, manifestado en este caso a través del arte, es únicamente susceptible de responsabilidades ulteriores. La revisión del guión de la obra, por parte de las autoridades del Municipio de Samborondón, constituye un nuevo acto inaceptable de censura.
El pasado 11 de enero de 2018 un comisario municipal clausuró el local de Pop Up Teatro Café tras presiones y protestas de personas de grupos conservadores que llegaron hasta el lugar con pancartas y megáfonos para impedir su desarrollo, por considerarla como «blasfema y ofensiva». Incluso, el arzobispo de Guayaquil, Luis Cabrera, agradeció a sus feligreses por «las acciones emprendidas de manera oportuna», contra el desarrollo de la obra, aduciendo ofensas a la fe católica. Hecho que fue cuestionado por el propietario del local, Ricardo Velasteguí, quien aseguró que no habían argumentos para la censura de la obra y la clausura del local que contaba con todos sus permisos en regla. Al respecto, Luis Cabrera Herrera, arzobispo de Guayaquil, agradeció a la feligresía las «acciones emprendidas de manera oportuna» en contra del montaje de la obra
Según Pop Up, la obra -escrita por los españoles Chascas y Quintanilla y que cuenta con las actuaciones de Prisca Bustamante y Belén Idrobo- no ha tenido el ánimo de ofender ni burlarse de la religión, pues se trata de una obra social con tintes de comedia que defiende la fe y cuestiona los malos elementos de la Iglesia, cuando se aprovechan de ella «para vender reliquias falsas con argumentos que carecen de credibilidad».
Fundamedios recuerda a las autoridades que, de acuerdo a la Constitución y los instrumentos internacionales de Derechos Humanos, se prohíbe la censura previa en todas sus formas. El ejercicio de la libertad de expresión, manifestado en este caso a través del arte, es únicamente susceptible de responsabilidades ulteriores. La revisión del guión de la obra por parte de las autoridades del Municipio de Samborondón constituye un nuevo acto inaceptable de censura.