El Proyecto de Ley de Libertad de Informacion del Reino Unido, que se debatirá en la Cámara de los Comunes el 4 y 5 de abril, sigue conteniendo algunas áreas de inquietud para la libre expresion, dice ARTICLE 19. Aunque la ley se ha enmendado en forma positiva con respecto a la revelacion del interés […]
El Proyecto de Ley de Libertad de Informacion del Reino Unido, que se debatirá en la Cámara de los Comunes el 4 y 5 de abril, sigue conteniendo algunas áreas de inquietud para la libre expresion, dice ARTICLE 19. Aunque la ley se ha enmendado en forma positiva con respecto a la revelacion del interés público, sigue sin satisfacer las normas internacionales y el mejor ejercicio en el área. La ley extiende los poderes del Comisionado de Informacion, sin embargo, también estipula un «régimen de exenciones excesivamente amplio», que permite a los funcionarios del gobierno vetar las decisiones del comisionado y definir lo que constituye el interés público. Además, según ARTICLE 19, «varias exenciones no están sujetas a forma alguna de anulacion en virtud del interés público». Además, la ley estará sujeta a «cualquier ley de secreto o de otro tipo que pueda impedir la revelacion».
Otra cuestion legal de mucha presion que se debe abordar en el Reino Unido son las leyes de difamacion del país, argumenta Helene Guldberg en su artículo «The Perils of Nuance» (Los peligros del matiz), publicado en la edicion más reciente del boletín Index on Censorship (Índice de la censura, vol. 29, febrero del 2000). Las leyes, que según Guldberg son «las leyes de difamacion más draconianas del mundo», no son muy diferentes hoy de lo que fueron hace 300 años. Según Guldberg, los tribunales favorecen cada vez más a los quejosos en demandas por difamacion y ofrecen poca proteccion a los trabajadores de los medios. Otro aspecto de esta parcialidad es que siempre se supone que la declaracion difamatoria es falsa, y la «carga de la prueba» recae en del acusado. Además, los acusadores no tienen que demostrar el daño que la declaracion les hizo.
El peor resultado de las leyes de difamacion, tal como existen anteriormente, es el efecto glacial que tiene sobre los medios. Aunque la Cámara de los Lores dictamino recientemente que los periodicos pueden invocar una defensa especial de «privilegio calificado» en juicios por difamacion, Guldberg especifica que los criterios necesarios para utilizar esta defensa son muy estrictos, y los editores no conocen por anticipado si un artículo o declaracion reunirá las calificaciones para esta defensa. Si los autores, editores o redactores tienen la menor duda de que la verdad de una proposicion se pueda probar ante los tribunales (aún si se hace de buena fe), la historia usualmente se rechaza» escribe Guldberg. La propia Guldberg es coacusada en un proceso por difamacion contra la revista que coedita, «LM». También está coordinando la defensa por difamacion de «LM».