Decenios de leyes represivas y propiedad por los partidos políticos que gobernaban Malasia crearon un clima de autocensura en las salas de redacción y dañaron gravemente la capacidad de los medios de desempeñar su papel como el guardián al servicio del público, dijo la Southeast Asian Press Alliance (Alianza de Prensa del Sureste Asiático, SEAPA) […]
Decenios de leyes represivas y propiedad por los partidos políticos que gobernaban Malasia crearon un clima de autocensura en las salas de redacción y dañaron gravemente la capacidad de los medios de desempeñar su papel como el guardián al servicio del público, dijo la Southeast Asian Press Alliance (Alianza de Prensa del Sureste Asiático, SEAPA) en un informe publicado la semana pasada.
La SEAPA estaba respondiendo a comentarios hechos por el primer ministro malayo Abdullah Ahmad Badawi, quien dijo a CNN el 14 de octubre de 2006 que «la prensa malaya tiene libertad» y «no está estrechamente controlada».
Hay numerosas leyes que dificultan que los periodistas informen libremente y fomentaron un clima de temor entre la prensa, dice el SEAPA. La Ley de talleres de Impresión y Publicaciones de 1984 exige que todas las publicaciones periódicas obtengan un permiso del ministro de Seguridad Interna antes de que puedan publicar. El permiso está sujeto a una renovación anual y se puede revocar sin un recurso de inconstitucionalidad.
La Ley de Sedición de 1948 penaliza cualquier discurso que tenga una «tendencia sediciosa». Aquellos a quienes se encuentre culpables pueden ser encarcelados por hasta tres años o multados con 5,000 ringgit malayos (aproximadamente USD 1,360).
La Ley de Secretos Oficiales (1972) permite que los documentos oficiales, la información o los materiales se clasifiquen como secreto máximo; las razones para ello no se pueden poner en tela de juicio en un tribunal. Desde 1978 seis personas, entre ellas dos periodistas, han sido condenadas por desobedecer esa ley. En 1986, la ley se enmendó para eliminar la discreción judicial en las sentencias, e imponer una sentencia de cárcel de uno a siete años.
La Ley de Seguridad Interna de 1960, entre otras, da a la policía facultades para prohibir la publicación, circulación y posesión de publicaciones o documentos subversivos, que inciten a la violencia, la infracción de las leyes o la alteración de la paz y que sean perjudiciales al interés nacional o la seguridad del país. También permite la detención sin juicio de personas consideradas una amenaza a la seguridad nacional.
Finalmente, la Ley de Difamación de 1957 se ha usado para demandar a casi todos los periódicos y las estaciones de televisión entre julio de 2000 y marzo de 2001. Se han interpuesto demandas de hasta 100 millones de ringgit malayos (aproximadamente USD 27 millones) contra la prensa. En julio de 2000, un magnate obtuvo una compensación récord por daños y perjuicios de 7 millones de ringgit malayos (aproximadamente USD 2 millones).
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