"Cometierra", de Dolores Reyes, es una de las obras feministas que busca censurar el actual Gobierno argentino alegando “contenido sexual explícito” no apto para adolescentes.
Este artículo fue publicado originalmente en es.globalvoices.org el 29 de noviembre de 2024.
Otro ataque del Gobierno de Milei con efecto búmeran, esta vez, es contra la literatura
A comienzos de noviembre, la literatura feminista argentina se vio envuelta en una polémica. La vicepresidenta argentina, Victoria Villarruel, denunció a través de su cuenta de X (anteriormente Twitter) que el Jefe de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, presuntamente repartía la novela Cometierra en las aulas de la provincia, y catalogó el contenido como “degradante e inmoral” citando fragmentos con escenas sexuales.
Cometierra, de Dolores Reyes, es una de las obras feministas que busca censurar el actual Gobierno argentino alegando “contenido sexual explícito” no apto para adolescentes. La campaña apunta a retirar estos libros de bibliotecas escolares y públicas, pero hasta ahora no ha tenido éxito.
Un grito contra la violencia machista y una oda a los vínculos sanos
Desde su publicación en 2019, Cometierra ha vendido más de 70.000 ejemplares y ha sido traducida a quince idiomas.
La novela tiene como eje los feminicidios, y narra la vida de una joven vidente de la periferia de Buenos Aires (conocida como conurbano bonaerense) apodada “Cometierra”. Con un don especial, puede encontrar a personas desaparecidas —generalmente mujeres, niñas y niños— comiendo un puñado de tierra pisado por esas personas.
Como algo casi cotidiano, por desgracia, la mayoría de las veces, estas personas han sido violentamente asesinadas. Cometierra, a su vez, también es huérfana por un feminicidio: su padre mató a golpes a su madre cuando era pequeña.
Si bien la historia aborda situaciones sumamente trágicas, al mismo tiempo, realza la importancia de los vínculos afectivos, la protección de un hermano mayor, las amistades cercanas que nos sostienen y fortalecen, el cuidado y el amor.
En 2023, Dolores Reyes publica su segunda novela, Miseria, una secuela que continúa con la vida de Cometierra, su hermano y su cuñada, Miseria, en la ciudad de Buenos Aires.
¿Por qué tanto escándalo?
En septiembre de 2023, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires lanzó el programa Identidades Bonaerenses, que incluye un catálogo de más de cien obras literarias de ficción y no ficción que se identifican con el territorio, las costumbres y la identidad cultural de la provincia. Así, se adquirieron miles de ejemplares para entregar en escuelas secundarias y para adultos, escuelas técnicas, institutos de formación docente, bibliotecas públicas y populares, y bibliotecas penitenciarias. Entre esas obras, se encuentra Cometierra.
El catálogo se asoció erróneamente al programa de Educación Sexual Integral (ESI), cuyo contenido es obligatorio en todos los niveles. No es el caso, ya que el catálogo corresponde a un programa para fomentar la lectura de carácter no obligatorio, y detalla las recomendaciones de edad mínima y de acompañamiento docente para esta y otras obras.
Aprovechando la polémica, una asociación por la defensa del “bienestar de niños, niñas y adolescentes” ha presentado una denuncia penal contra el Director General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, por “corrupción de menores, difusión de material pornográfico a menores y abuso de autoridad”.
A raíz de este escándalo, Dolores Reyes cuenta que ha recibido infinidad de amenazas y ataques a través de las redes sociales. En respuesta a las alegaciones de la Vicepresidenta sobre su novela, la autora declara a Infobae:
Cometierra es una forma de narrar un pedido de justicia: una chica que falta, una historia que fue silenciada, y por lo tanto no escuchada. El silenciamiento es una de las armas más efectivas de la violencia de género.
Un #25N sombrío para Argentina
El 25 de noviembre fue el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, una fecha que se conmemora desde 1999 por resolución de Naciones Unidas en honor a las hermanas Mirabal, brutalmente ejecutadas por la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana el 25 de noviembre de 1960.
Sin embargo, es la primera vez que Argentina vive ese día en medio de un franco retroceso y negacionismo institucional sobre la violencia de género. En un país donde se registraron 168 feminicidios tan solo en el primer semestre de 2024, de los cuales 31 tenían denuncias previas (17 con medidas cautelares vigentes) y donde al menos 155 menores perdieron a sus madres por feminicidio. Las políticas relacionadas con la igualdad de género y el acompañamiento parecen ser más un estorbo que una prioridad.
Apenas asumió el mandato, el Gobierno liderado por Javier Milei, del partido La Libertad Avanza, inició la disolución el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, y lo redujo a una Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, que en menos de tres meses fue cerrada definitivamente. Con esto desfinanció programas de apoyo a mujeres y diversidades sexuales, y dejó desprotegidas a miles de víctimas de la violencia machista.
También en febrero de 2024, el Gobierno anunció el cierre del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) alegando que era “la policía del pensamiento cristinista” (por Cristina Fernández de Kirchner, la expresidenta y, luego, exvicepresidenta de Argentina). Despidieron a más de 400 personas que trabajaban en sedes de todo el país en la protección de los derechos de las minorías. El cierre definitivo se concretó en agosto de 2024.
Como si no fuera suficiente, y en un contexto de inflación que agrava de por sí la situación, en agosto de 2024, el Gobierno de La Libertad Avanza introdujo cambios en el Programa Acompañar, que otorga asistencia económica a las víctimas de violencia de género, y redujo de seis a tres meses la asignación económica equivalente al Salario Mínimo Vital y Móvil, hecho que desalienta el proceso de salida de las violencias.
A este conjunto de acciones que atentan contra la seguridad y el acompañamiento de las víctimas de violencia por razones de género se suman varias más que afectan las grandes conquistas en materia de género e igualdad. Entre ellas, destacan la eliminación de la resolución que exigía paridad de género en empresas y asociaciones civiles, las modificaciones a la Ley Micaela, que hacía obligatoria la capacitación en género para integrantes de los tres poderes del Estado y que ahora es requisito solo para quienes trabajen “en los organismos competentes en la materia”.
También se finalizó el programa Registradas, que promovía la incorporación formal al mercado laboral de las trabajadoras de casas particulares; se prohibió el uso del lenguaje inclusivo y todo lo referente a la perspectiva de género en la administración pública; y se eliminó la moratoria previsional, cuyas principales beneficiarias eran las mujeres, ya que podían jubilarse sin los 30 años de aportes requeridos. Suelen ser las mujeres quienes tienen trabajos no regulados o las que abandonan el mercado laboral para la crianza o el cuidado de las familias, por tanto, esta medida apunta directamente a ellas.
Estas son apenas algunas de las políticas adoptadas por el gobierno argentino en su “batalla cultural” conservadora y regresiva que va en detrimento del acuerdo democrático vigente durante los últimos cuarenta años.
Lo destacable, además, es que el Gobierno parece elegir fechas especiales para aplicar estas políticas. Por ejemplo, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, cambió el nombre del Salón de las Mujeres Argentinas del Bicentenario de la Casa Rosada por «Salón de los Próceres» alegando que el nombre anterior representaba una supuesta discriminación inversa. El Salón de las Mujeres era un espacio creado por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner dedicado a honrar el papel y el legado de las mujeres en la historia argentina.
El 15 de noviembre, diez días antes del #25N, Argentina fue en el único país que votó en contra de una resolución de las Naciones Unidas para erradicar la violencia contra las mujeres. Casi paralelamente, se desataba esta campaña de desprestigio contra la literatura feminista, en especial, la que aborda la problemática de la violencia contra las mujeres.
Finalmente, el más reciente anuncio de Milei, del 27 de noviembre, es solo otro elemento más de su ensañamiento contra lo que llama la “agenda de género”: eliminará por decreto el DNI no binario, establecido en 2021 tras muchos años de lucha de organizaciones LGTBIQ+ y que convirtió a Argentina en el primer país de la región en reconocer las categorías de género más allá del binarismo.
Además de Cometierra, se han cuestionado otras tres novelas de autoras feministas: Las primas, de Aurora Venturini; Si no fueras tan niña, de Sol Fantin; y Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara, también incluidas en el catálogo de Identidades Bonaerenses.
La resistencia colectiva
Las convocatorias a lecturas colectivas de Cometierra han tomado fuerza en diferentes espacios culturales y académicos como respuesta directa a los intentos de censura promovidos por sectores del Gobierno. Estos eventos han reunido a escritores, lectores y organizaciones sociales en bibliotecas, teatros y otros espacios públicos con el objetivo de visibilizar la obra de Dolores Reyes y defender el acceso libre a la literatura.
Uno de los encuentros más destacados tuvo lugar en el teatro Picadero, en Buenos Aires, donde más de cien escritores y escritoras participaron en una lectura pública de la novela. Estas actividades, además de respaldar a la autora, han contribuido a generar un debate en torno a la importancia de la libertad de expresión y el papel de la literatura como reflejo de problemáticas sociales.
Y a esta avalancha de apoyos y protestas se suma el resultado casi inevitable cuando se intenta censurar una obra: un récord de ventas en las últimas semanas que convirtió a Cometierra en la obra más vendida, incluso por encima de la surcoreana Han Khan, ganadora del Premio Nóbel de Literatura de 2024.
No es la primera vez que una “campaña publicitaria” no intencional del Gobierno libertario argentino impulsa las carreras de mujeres a quienes ataca o busca desacreditar: a fines de septiembre, el videoclip de la cantautora y actriz Lali Espósito, donde se mofaba de los ataques de Milei contra ella, se convirtió en el más visitado a nivel mundial.
Escrito por Romina Navarro
Escrito por Lucía Leszinsky