En un informe de Greek Helsinki Monitor (Vigilante Griego de Helsinki, GHM), titulado «Three Ways to Deny Freedom of the Press» (Tres maneras de negar la libertad de prensa), Charles Fenyvesi pasa revista a la represion de periodistas en Rusia, Belarús y Serbia. Al examinar las diversas tácticas usadas, Fanyvesi declara que las más sutiles […]
En un informe de Greek Helsinki Monitor (Vigilante Griego de Helsinki, GHM), titulado «Three Ways to Deny Freedom of the Press» (Tres maneras de negar la libertad de prensa), Charles Fenyvesi pasa revista a la represion de periodistas en Rusia, Belarús y Serbia. Al examinar las diversas tácticas usadas, Fanyvesi declara que las más sutiles son las que se usan en Rusia, donde la censura y la autocensura se oponen todos los días a los periodistas. Aquí, argumenta Fenyvesi, «los periodistas rusos que cubren la guerra en Chechenia siguen la línea del Gobierno ruso por varias razones, incluyendo la censura y la autocensura, que los obliga a obedecer las reglas del juego impuestas por Moscú». Fenyvesi dice que Rusia está dedicada a una campaña de propaganda que «persuadio a la mayor parte de los rusos que la guerra es contra el terrorismo», señalando que muchos periodistas de la region tienen informes que contradicen directamente la version rusa de los acontecimientos.
Según Fenyvesi, la estrategia utilizada por el régimen de Slobodan Milosevic ha sido «descontaminar» los medios que sirven «para arrancar de raíz lo que queda de los medios de noticias independientes en el país». Fenyvesi declara que los medios siguen siendo agredidos en Kosovo, donde han sido acusados de ser «utilizados y financiados para una agresion extendida». Con respecto a Belarús, Fenyvesi informa que el gobierno no ha cumplido con el acuerdo de dar a la oposicion acceso a los medios controlados por el estado. Este compromiso, asumido el 8 de noviembre, no se ha materializado. El 16 de noviembre, Alyaksandr Lukashenko acuso a la oposicion de «intentar imponer la censura», diciendo que «aunque la libertad de expresion y los derechos humanos son de la más elevada importancia para el liderazgo ruso, no permitirá que esas cuestiones se vuelvan una razon para interferir con los asuntos internos de Belarús».