Abril de 2022 en las Américas: un resumen de noticias sobre la libertad de expresión producido por la editora regional de IFEX, Laura Vidal, basado en informes de miembros de IFEX y noticias de la región.
Esta es una traducción del artículo original.
Este mes, llamamos la atención sobre un peligroso aumento de las acciones que pretenden censurar voces culturales y expresiones artísticas en la región. En Brasil, un juez de un tribunal electoral intentó censurar a artistas que criticaron al presidente Bolsonaro en un espectáculo y, en Estados Unidos, se promueve nueva legislación que busca interferir en la enseñanza y retirar libros de las bibliotecas públicas. Por otra parte, en Cuba el gobierno está usando juicios contra manifestantes para castigar a artistas que persigue desde hace años; y un informe de PEN International y la UNESCO subraya las desigualdades en el mundo literario a la vez que destaca lo que están haciendo las mujeres para ocupar espacios e impulsar sus historias.
Estados Unidos: “Un intento político por silenciar conversaciones en torno a la diversidad, la equidad y la inclusión”
En 2021 se dispararon los esfuerzos en Estados Unidos por acallar toda discusión sobre raza, género y análisis crítico de la historia estadounidense y este año continúan con más fuerza. Estos debates no son nuevos, pero lo que sí es novedoso es la magnitud y el nivel de presión que están alcanzando, pues son recogidos en proyectos de ley – y, en algunos casos, ya en leyes – que pretenden retirar ciertos libros de las bibliotecas públicas e impedir que los docentes traten temas como el género o la sexualidad, así como la raza y su papel en la historia del país.
PEN America llama a estos proyectos de ley “órdenes mordaza para la educación” y ha manifestado alarma al registrar el número de libros que se han prohibido en los últimos meses (en los nueve meses cubiertos por el índice se prohibieron 1586 obras distintas). La organización también registró 155 proyectos de ley, presentados en un total de 38 estados, que dictaminaría lo que se puede decir o enseñar en las aulas. Además de limitar las discusiones en torno al género y la diversidad sexual, gran parte de estos debates se centran en el abordaje en las aulas de las complejidades de la historia estadounidense y en la promoción de una forma muy particular, y obligatoria, de patriotismo.
Las prohibiciones son numerosas y creativas, pero también poco claras y contradictorias. En algunos casos hasta contienen errores fácticos. Apuntan contra trabajos artísticos y culturales que podrían “hacer sentir mal a alguien por pertenecer a una determinada raza”. Están dirigidas a centros de educación primaria y secundaria (desde el jardín de infantes hasta el 12º grado), pero hay intención de ir más allá y abarcar los salones universitarios y otros espacios académicos. Esto es muy preocupante para el resto de la región, dada la influencia que el mundo académico de Estados Unidos ejerce más allá de sus fronteras. Según Jonathan Friedman, de PEN America, “las leyes son hipócritas, terriblemente contradictorias; y constituyen un evidente intento político por silenciar las conversaciones que se están dando cada vez más en las escuelas en torno a la diversidad, la equidad y la inclusión”.
Cuba: Duras penas de prisión para artistas críticos del gobierno
El gobierno cubano está utilizando los juicios iniciados en respuesta a las protestas de julio de 2021 como una herramienta para encarcelar a escritores y músicos que lo vienen incomodando desde hace años. Poniendo como antecedente a esas protestas, las fuerzas policiales y de seguridad han perseguido y atacado a más de 1120 artistas y otros creadores, sometiéndolos a arrestos arbitrarios y agresiones físicas. En abril de este año, la fiscalía pidió duras condenas para conocidos artistas como Maykel “El Osorbo” Castillo Pérez y Luis Manuel Otero Alcántara. A su vez, los músicos Randy Arteaga y Aybel Lescay fueron condenados a cinco y seis años de prisión, respectivamente.
Los cargos que se les imputan a estos artistas citan “insultos a los símbolos patrios”, “desacato”, “disturbios públicos” y hasta “difamación” en el contexto de las protestas. Sin embargo, la obra de estos artistas ya los había convertido en blanco del régimen cubano. Estrenada en febrero de 2021, la canción Patria y vida de Maykel Castillo (un claro juego de palabras que alude a uno de los lemas más conocidos de la Revolución Cubana: patria o muerte) se convirtió en la canción emblemática de las protestas tanto en Cuba como en Miami y ganó dos Premios Grammy Latinos. Ese mismo año, Luis Manuel Otero Alcántara fue destacado por la revista estadounidense Time como una de las personas más influyentes de 2021 y el artista chino Ai Weiwei se refirió a su obra como una “lucha por la libertad de expresión que no se puede ignorar y una postura intransigente contra la autocracia [que] revelan el poder de la resistencia”.
PEN International se unió a 66 organizaciones y 79 artistas para emitir una declaración pública en solidaridad con estos artistas y resaltó que, como integrantes del Movimiento San Isidro, “Castillo Pérez y Otero Alcántara han enfrentado una campaña de hostigamiento y persecución constantes desde 2016”. El Movimiento San Isidro es un colectivo creado como reacción al Decreto 349, que buscaba, entre otras cosas, obligar a los artistas a contar con autorización previa del ministerio de cultura cubano para realizar cualquier actividad artística. El decreto en sí no se llegó a aplicar como quería el gobierno, pero la persecución de los artistas continuó e incluso se intensificó.
[Traducción: Luis Manuel Otero Alcántara fue detenido el 11 de julio de 2021. Podría ser condenado injustamente a siete años de prisión. Creemos que esto se relaciona con su arte, que es crítico del gobierno, y exigimos su inmediata liberación. #ElArteNoEsUnCrimen #LiberenALuisMa: ]
Brasil: artistas pop LGBTQI+ denuncian censura
A finales de marzo, el escenario de música pop del festival Lollapalooza en Brasil se convirtió en un escenario de encendidas declaraciones políticas contra el presidente Jair Bolsonaro. La reacción llegó rápidamente por la vía judicial cuando un tribunal electoral ordenó al festival prohibir a los músicos que realizaran “manifestaciones políticas”, con la intención de censurar la “propaganda” en los escenarios. La orden respondía a una petición de representantes del Partido Liberal, que integra Bolsonaro, luego de que varios artistas corearan “¡Fuera Bolsonaro!”, entre ellos el rapero Emicida y la sensación pop Pabllo Vittar, quien también corrió entre el público llevando una toalla con la imagen del expresidente Luiz Inácio “Lula” da Silva.
Los artistas brasileños no tardaron en volcarse a las redes sociales para rechazar la medida, que calificaba de “propaganda político-electoral” a las opiniones que expresan estos artistas desde el escenario y disponía que en el futuro estos actos de electoralismo serían castigados con una multa de 50.000 reales (alrededor de 10.000 dólares estadounidenses). La medida judicial no solo tuvo un efecto contrario al deseado en términos de la imagen pública del gobierno, sino que el incidente (como el festival en sí) reveló la poderosa presencia de artistas LGBTQI+ en la escena pop brasileña. Esta influencia cultural es notable, y hasta crucial para la comunidad, dado que la violencia contra las personas LGBTQI+ en Brasil es feroz y mortal, especialmente para las personas transgénero.
Muchos artistas brasileños LGBTQI+ han sido censurados y atacados, en particular desde que Bolsonaro llegó al poder. Según el informe de Freemuse para el año 2020, su asunción al gobierno vino acompañada de normas que regulan las expresiones culturales y de “injerencia gubernamental en los derechos de los artistas LGBTI”, mientras que “las expresiones creativas con contenido LGBTI son cuestionadas constantemente” y “las actuaciones artísticas enfrentan ataques tras ser consideradas insultantes y percibidas como una falta de respeto a la religión” por autoridades religiosas.
¡Mujeres al poder (de la palabra)!
Con apoyo de la UNESCO, PEN International publicó un informe titulado Mujeres en poder de la palabra: La participación de escritoras en Ecuador, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua. Este trabajo recoge un análisis de las experiencias de escritoras en estos cinco países y los desafíos que enfrentan en el mundo editorial y literario, y revela la diferencia en la representación de escritoras y escritores, con un 70 % de participación de hombres y solo un 30 % de mujeres.
El caso de Guatemala presenta otras complejidades, dado que la enorme diversidad de etnias e idiomas en un país cuya lengua oficial y principal es el español limita aún más la participación de las mujeres – especialmente de las mujeres indígenas – en los medios escritos. No es de sorprender que el informe constate una mayor representación de hombres en premios, publicaciones y prensa, alcanzando el 71%. México, Ecuador, Honduras y Nicaragua arrojaron resultados similares.
Pero no todo es malas noticias. El informe y quienes participaron en él destacan que estarían abriéndose nuevos espacios para las mujeres, gracias a esfuerzos regionales liderados por grupos feministas que abogan por perspectivas más transversales e impulsan obras literarias escritas por una mayor diversidad de mujeres.
En breve
Cartoonists Rights Network International y Freedom Cartoonists Foundation anunciaron la creación de una asociación internacional unificada de entrega de premios a caricaturistas: “A través de estos premios, ambas organizaciones honrarán contribuciones extraordinarias a la libertad de expresión realizadas por caricaturistas editoriales y políticos, muchas veces a pesar de enfrentar circunstancias muy difíciles”.
Siguen aumentando las tensiones en Perú. Se multiplican los informes y las alertas de IPYS Perú, dando cuenta de la situación cada vez más precaria para la prensa de ese país, que es agravada además por una crisis política. En abril entre otros muchos incidentes, el gobierno presentó un proyecto de ley que es visto como un intento de castigar a los medios de comunicación críticos. Por otra parte, grupos de extrema derecha amenazaron y luego irrumpieron en la sede del medio de prensa de investigación IDL Reporteros.
Aumentan los discursos estigmatizadores y la intimidación en el período preelectoral en Colombia. Los contextos electorales en Colombia se han caracterizado por complicar el trabajo de la prensa, y este año no es la excepción. A finales de marzo, el candidato presidencial Gustavo Petro tildó de “neonazi” a un columnista de Noticias RCN en respuesta a un texto en el que este último criticaba su propuesta de reforma del sistema de pensiones. Unos días después, Enrique Gómez, otro aspirante a la presidencia, había aludido en Twitter a un supuesto vínculo entre ciertos medios de comunicación y grupos del narcotráfico, ignorando flagrantemente que en Colombia la prensa ha sido una las principales víctimas del crimen organizado.