El Centro Estadounidense del PEN (PEN) se unió a bibliotecarios, escritores y libreros de Estados Unidos para iniciar una campaña nacional para apoyar una enmienda a la polémica ley patriótica de EE.UU. La campaña está respaldada por PEN, la Asociación de Libreros de Estados Unidos y la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos y pretende […]
El Centro Estadounidense del PEN (PEN) se unió a bibliotecarios, escritores y libreros de Estados Unidos para iniciar una campaña nacional para apoyar una enmienda a la polémica ley patriótica de EE.UU.
La campaña está respaldada por PEN, la Asociación de Libreros de Estados Unidos y la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos y pretende reunir 1 millón de firmas para apoyar tres proyectos de ley que restringirían las facultades de las autoridades estadounidenses para espiar en bibliotecas y usuarios de bibliotecas. Más de 40 organizaciones y 80 empresas, entre ellas la cadena de librerías Barnes and Noble y la casa editorial Random House, apoyan los proyectos.
La campaña comienza en un momento que la administración Bush busca que el Congreso amplíe las estipulaciones de la ley patriótica, que expiran al final de 2005. Un número creciente de estados, condados y ciudades se están oponiendo públicamente a la ley. Tan solo en las últimas dos semanas, se han aprobado más de 253 resoluciones contra la anti-ley patriótica en todo el país.
«No se trata de despojar a los organismos encargados de hacer cumplir la ley de las facultades para investigar el terrorismo. Se trata de restaurar la confianza de que el Gobierno no vigile nuestras elecciones de lectura», dice Larry Siems de PEN.
Según la ley patriótica de EE.UU., la Oficina Federal de Investigación (FBI) tiene poderes amplios para investigar registros de negocios, incluyendo los registros de las librerías y las bibliotecas. Puede solicitar una orden de registro a un tribunal mediante una orden judicial secreta y no se le exige que muestre una «causa probable» antes de presentar cargos penales contra una persona cuyos registros se estén investigando, dice el PEN. La orden de búsqueda también prohíbe a un librero o bibliotecario informar a alguien que se ha realizado una búsqueda.
Para conocer más acerca de la campaña, visite: http://www.readerprivacy.com/
Visite el sitio web de PEN: http://www.pen.org/