La decision de las autoridades libanesas de anular el pasaporte Raghida Dergham, jefe de la oficina de Nueva York del diario londinense «Al-Hayat», coincide con un «perturbador patron de censura del gobierno libanés a los periodicos extranjeros», según el Committee to Protect Journalists (Comité por la Proteccion de los Periodistas, CPJ). En una declaracion publicada […]
La decision de las autoridades libanesas de anular el pasaporte Raghida Dergham, jefe de la oficina de Nueva York del diario londinense «Al-Hayat», coincide con un «perturbador patron de censura del gobierno libanés a los periodicos extranjeros», según el Committee to Protect Journalists (Comité por la Proteccion de los Periodistas, CPJ). En una declaracion publicada el 4 de julio el Directorado General de Seguridad Interna declaro que se anulo el pasaporte Dergham debido a su participacion en un panel acerca de la situacion política en el Medio Oriente que se llevo a cabo el 19 de mayo en Washington, D.C., informa el CPJ. La declaracion de Seguridad Interna decía que debido a que en el panel participo Uri Lubrani, Coordinador de Actividades de Israel en el sur de Líbano, Dergham había violado una ley libanesa que prohibe contactos entre los ciudadanos libaneses y los israelíes. Las fuentes de CPJ dicen, sin embargo, que la accion puede estar vinculada con la cobertura crítica de Dergham de la disputa del Líbano con la ONU acerca de la demarcacion de la frontera libanesa-israelí después del retiro de Israel del sur de Líbano en mayo. CPJ dijo que «está escandalizado de que las autoridades libanesas castiguen a Dergham en respuesta a su trabajo meticulosamente profesional como periodista y comentarista».
Mientras tanto, se ha decomisado numerosas publicaciones en semanas recientes. El incidente más reciente implico la edicion del 29 de junio del semanario francés «L’Express». Según Reporteros sin Fronteras (RSF), la edicion tenía un artículo que mencionaba la censura de «El desorden libanés», un libro de Joseph Khoury que se considera hostíl al finado presidente sirio Hafez al-Assad. El libro no se puede adquirir en las librerías libanesas, aunque no hay una prohibicion oficial. RSF también informa que doce publicaciones extranjeras fueron decomisadas poco después de la muerte de Assad, entre ellas la edicion del 12 de junio del diario francés «Libération» y las ediciones del 13 de junio del diario francés «Le Monde» y el diario estadounidense «The International Herald Tribune.» Estas publicaciones contenían comentarios críticos hacia el finado presidente sirio.
«Es preocupante que Líbano, que se enorgullece de ser uno de los países árabes que más respetan libertad de prensa, recurra a esas medidas», opina RSF. «La censura del gobierno y el acoso e intimidacion de periodistas como Dergham contradicen el compromiso declarado de Líbano con la libertad de prensa», dice el CPJ, que agrega que después de que el presidente Lahoud asumio el cargo a finales de 1998, se cito que dijo «una prensa libre es la base de la democracia y los gobernantes no pueden gobernar en forma justa sin una prensa que los ponga en contacto con las verdaderas condiciones de la poblacion y el país».
En abril Human Rights Watch (HRW) critico el Gobierno libanés por suprimir manifestaciones pacíficas en contra de Siria. Tres estudiantes fueron encontrados culpables de distribuir hojas que pedían la retirada de las tropas sirias y la independencia plena de Damasco, y otros ocho manifestantes recibieron sentencias que iban de diez días a seis semanas de cárcel por su papel en las manifestaciones.