Diego Orellana, camarógrafo de la estación televisiva local Megavisión, fue detenido y agredido físicamente por policías mientras cubría disturbios durante un partido de fútbol. Los gendarmes también le arrebataron el material periodístico contenido en la cámara.
El domingo 19 de mayo de 2013, Diego Orellana, camarógrafo de la estación televisiva local Megavisión, fue detenido y agredido físicamente por policías mientras cubría los disturbios protagonizados por hinchas del equipo de fútbol Emelec, al final de un partido con un equipo rival en la localidad de Quinindé, ubicada a 318 Km al norte de Quito. Durante el incidente, los gendarmes también le arrebataron el material periodístico contenido en la cámara.
Orellana narró a Fundamedios que permaneció detenido por aproximadamente cinco horas sin que la policía le haya dado un motivo ni explicación alguna de su detención. Además, aseguró que tampoco justificaron la desaparición de la cinta de vídeo que contenía las imágenes de los disturbios de los hinchas y la actuación de la fuerza pública para dispersar el tumulto y las grescas que, de acuerdo a publicaciones recogidas por varios medios escritos, dejaron un saldo de varios heridos y seis detenidos.
“Cuando un policía se dio cuenta que estaba grabando, se me acercó de frente y me dijo que no grabara, cubrió con su mano la cámara y otro policía me roció gas pimienta”. Tras esto, el camarógrafo comentó que entrevistaba a los hinchas, quienes daban sus testimonios de supuestos abusos cometidos por la policía, minutos después, otro oficial de policía se acercó a Orellana quien le exigió que se identificara y una vez que Orellana le explicó que en ese momento no tenía su cédula, pero que estaba cubriendo los hechos ordenó que “lo saquen de ahí”.
“Vino un policía, me dio un golpe para meterme al patrullero, peor que si fuera un delincuente y en plena vía”, dijo Orellana, quien comentó que una vez en los patios de la policía le retiraron su cámara la cual después de su liberación, cerca de la medianoche, le fue entregada, pero sin la cinta de vídeo, que según el camarógrafo, contenía “material comprometedor” e incluso la grabación del audio del momento en que era conducido en la patrulla policial. Orellana afirmó que la policía le tomó sus datos.