La edicion más reciente de «INDEX on Censorship» (Índice de la censura, 2/1999) está dedicada a las bibliotecas cerradas y quemadas, en honor de la reinauguracion este año de la Biblioteca de Alejandría en Egipto. Se piensa que la Biblioteca de Alejandría, que según «INDEX» fue alguna vez el gran símbolo del mundo antiguo», fue […]
La edicion más reciente de «INDEX on Censorship» (Índice de la censura, 2/1999) está dedicada a las bibliotecas cerradas y quemadas, en honor de la reinauguracion este año de la Biblioteca de Alejandría en Egipto. Se piensa que la Biblioteca de Alejandría, que según «INDEX» fue alguna
vez el gran símbolo del mundo antiguo», fue destruida en el primer milenio. En una coleccion de piezas de opinion y trabajos de ficcion, «INDEX» demuestra el poder de la biblioteca para iluminar – o de retener informacion. La coleccion incluye obras de Ivan Klima, Wole Soyinka y Doris Lessing. En un artículo escrito originalmente en 1975, Nadine Gordimer escribe que el apartheid en Sudáfrica censuraba intensamente todo desde noveluchas baratas hasta el pensamiento político y libros de educacion sexual. La lista de libros censurados puede en
encontrarse en el «Jacobsen’s Index of Objectionable Literature» (Índice de Jacobsen de literatura inaceptable), al cual Gordimer llama «la biblia de la censura sudafricana». Emily Mitchell informa que en 1997 la American Library Association recibio informes de 478 desafíos, o «intentos de retirar materiales de las bibliotecas públicas, escuelas y bibliotecas escolares». La mayor parte de los desafíos fueron hechos por los padres, usualmente debido a material
sexualmente explícito. El material que trata acerca del satanismo y lo oculto, violencia y
homosexualidad también fue desafiado con frecuencia.
Como Alberto Manguel y Susan Whitfield señalan en artículos separados, los libros estuvieron en otros tiempos en mayor peligro de ser quemados, destruidos o robados antes de que se emplearan métodos modernos para protegerlos. Según Manguel, los invasores turcos destruyeron bibliotecas en Hungría en 1526 y en Egipto en 1806, cuando la biblioteca de El Cairo, «que contenía más de 100,000 libros que databan del principio de la edad media» fue incendiada. Manguel también recuerda como se uso la «restriccion» para detener la circulacion de libros, por ejemplo, cuando «el emperador Domiciano, enfurecido por algunos pasajes de la «Historia de Hermogenes de Tarso», no solo hizo que ejecutaran al autor, sino que también crucifico a los libreros que distribuían el volumen». Whitfield dice que aunque a veces los libros fueron destruidos accidentalmente, también fueron destruidos con toda intencion para eliminar el legado
de otro gobernante en China, por ejemplo, en el siglo cuarto antes de Cristo. Escribe que «El paternalismo motivo la censura durante toda la historia china, desde la quema de libros del primer emperador hasta la seleccion hecha bajo el emperador Qianlong dos milenios después».