Se han aprobado más leyes de censura desde que John Howard fue elegido como primer ministro de Australia en 1996 que las que se han aprobado en toda la historia del país, declara Phillip Adams en la última edicion del boletín «Índice de la Censura» (04/2000) titulado «This Sporting Life». En una coleccion de artículos […]
Se han aprobado más leyes de censura desde que John Howard fue elegido como primer ministro de Australia en 1996 que las que se han aprobado en toda la historia del país, declara Phillip Adams en la última edicion del boletín «Índice de la Censura» (04/2000) titulado «This Sporting Life». En una coleccion de artículos acerca de la censura en Australia compilados por Adams, un grupo de autores explora la historia de la censura en Australia:, y como la censura se ha usado y se sigue usando para mantener la intolerancia social presente en la sociedad australiana. Adams cuenta que la censura era un lugar común durante la primera mitad del siglo XX, incluyendo la prohibicion de una amplia gama de literatura, arte y películas. Durante casi 70 años a partir de 1901, el Gobierno también «censuro» a los aborígenes del censo, retirándoles la ciudadanía y los derechos humanos, dice Adams. Aunque la tendencia cambio a un estado más tolerante e incluyente durante las décadas de 1960 y 1970, muchos de los avances hechos en las siguientes décadas se han eliminado desde la eleccion de Howard.
La censura del Gobierno a Internet ha estado llena de contradicciones en un país en el cual uno de cuatro australianos es consumidor de pornografía, dice David Marr en su artículo, «Suspect Pleasure». Adams señala que el gobierno de Howard «ha estado tratando (o al menos fingiendo) recortar la pornografía y violencia de Internet – aunque no las páginas de odio que alientan la violencia racista». Terry Lane declara que mientras la censura intensa y sistemática de libros, videos con clasificacion X, películas y television ya no existe, puede se errática e incongruente, dependiendo de los intereses implicados. «Atrévase a criticar una corporacion o individuo con fines de lucro y encontrará que la censura está vivita y coleando». Lane explica como se ha usado a las leyes para intentar censurar los críticos sociales que exponen una opinion que pudiera dañar la reputacion de una compañía.
En ese contexto, los organismos gubernamentales también han usado la censura en forma errática para discriminar en contra de los aborígenes, la poblacion de homosexuales y numerosos grupos étnicos dentro de Australia, dice Adams. Lane señala que un elevado nivel de concentracion de propiedad de los medios de comunicacion también afecta el estado de la libertad de prensa, pues las organizaciones de medios, incluyendo la Australian Broadcasting Corporation (ABC), «la única voz independiente de importancia», intenta censurar los críticos. Además, Howard intenta en forma regular presionar y amordazar la ABC con medios políticos y financieros, dice Adams.
Howard también ha tenido éxito en censurar partes del informe de derechos humanos de las Naciones Unidas sobre Australia , informa Margo Kingston en su artículo «Crime and Punishment». Las omisiones, hechas por la ONU después del cabildeo del Gobierno australiano, tenían que ver con las leyes penales para los niños, y la independencia del gobierno judicial de las ramas ejecutivas del Estado. El 29 de agosto, el Gobierno de Howard maniobro para restringir la cooperacion de Australia con varios organismos de la ONU que han criticado las prácticas de derechos humanos del país, informa Human Rights Watch (HRW). En especial, el Committee on the Elimination of Racial Discrimination (Comité por la Eliminacion de la Discriminacion Racial), el Committee Against Torture (Comité contra la Torutra) y el Human Rights Committee (Comité de derechos humanos) de ICCPR han criticado las prácticas y leyes de derechos humanos de Australia. El Ministro del Exterior, el Procurador General y el Ministro de Inmigracion y Asuntos Multiculturales) pidieron una «reestructuracion completa» de los organismos de tratados de derechos humanos de la ONU para «asegurar que Australia obtenga un trato justo» de ellos. «La decision australiana acerca de la ONU es particularmente desafortunada, porque agregará una voz hasta ahora respetable a la de los gobiernos represivos que buscan socavar el sistema internacional de proteccion a los derechos humanos,» dice HRW.