Dos periodistas, Befekadu Moreda de Etiopía y Paulos Kidane de Eritrea, intentaron huir de la región para escapar a la opresión gubernamental. Pero «una vida se salvó, la otra se perdió». En un informe especial, el Committee to Protect Journalists (Comité por la Protección de los Periodistas, CPJ) describe sus historias y proporciona un vislumbre […]
Dos periodistas, Befekadu Moreda de Etiopía y Paulos Kidane de Eritrea, intentaron huir de la región para escapar a la opresión gubernamental. Pero «una vida se salvó, la otra se perdió». En un informe especial, el Committee to Protect Journalists (Comité por la Protección de los Periodistas, CPJ) describe sus historias y proporciona un vislumbre de la adversidad que enfrentan los periodistas en el volátil Cuerno de África.
En Etiopía, Befekadu Moreda fue un editor tenaz e inflexible, lo que lo llevó a la cárcel nueve veces. En 2005, después de las protestas mortales contra un supuesto fraude electoral en la elecciones parlamentarias, el Gobierno cerró la mayor parte de la prensa independiente y encarceló a docenas de periodistas que dieron a conocer las acusaciones.
Moreda decidió huir. «Si no puedes trabajar en tu país, si prohíben tu periódicos, tu institución de medios, ¿qué puedes hacer?» preguntaba Moreda. «Tienes que irte a otro lugar». Él y su familia se reubicaron en Houston, Texas. Pero al igual que otros periodistas exiliados, Moreda está luchando profesionalmente: tiene un trabajo de mantenimiento en un hospital local.
Moreda es sólo uno más de los 34 editores y reporteros etíopes que fueron obligados a salir al exilio desde 2001, dice el CPJ. En ese periodo sólo Zimbabwe ha producido más periodistas exiliados. Y sus probabilidades de volver a casa son bajas. Aunque los periodistas detenidos durante la ofensiva de 2005 ya fueron liberados, muchos están ocultos, los periódicos independientes siguen cerrados y la autocensura está en todas partes.
CPJ también cuenta la historia del reportero de deportes y poeta eritreano Paulos Kidane, quien fue obligado a trabajar al servicio de los medios estatales en 2000. Después de años de acoso, en los que incluso fue lanzado a prisión por razones de intimidación simple y llana, Kidane se unió a un pequeño grupo de solicitantes de asilo que trataron de cruzar hacia Sudán a pie en junio de este año. No terminó el viaje con vida.
Al menos 19 periodistas han huido de Eritrea desde 2002 en respuesta a amenazas, acoso y encarcelamiento, dice el CPJ. El monopolio absoluto del Gobierno sobre los medios nacionales, el temor de represalias entre las familias de los prisioneros y las estrechas restricciones al movimiento de todos los extranjeros levó al CPJ a nombrar en 2006 a Eritrea uno de los 10 países más censurados del mundo.
Lea «Flight from Ethiopia» (Huida desde Etiopía) y «A Death in Eritrea» (Una muerte en Eritrea), del CPJ, aquí: http://www.cpj.org/hornofafrica/
(9 de octubre de 2007)